Como un preámbulo de la Semana Santa, un inicio sencillo pero profundo, hace unos años de inició esta celebración del Vía Matris. Un Viacrucis a la Madre Dolorosa, siete estaciones a los siete dolores de la Virgen. Momentos de la pasión de la madre.
La noche del Viernes de Dolores, como preludio a los actos procesionales tradicionales, ya es también una tradición, el Vía Matris en el circuito incomparable de la Plaza de la Villa. Un entorno histórico y monumental con luz dorada que acoge las estaciones que nos recuerdan los Dolores de la Madre.
Sale a la plaza desde la iglesia matriz de Santa María la Mayor del Castillo, un templo recuperado, de amplias connotaciones Marianas. Elevada torre, precioso ábside mudéjar, Pantocrator románico, coro bajo mudéjar… tesoros de nuestro arte hecho sentimiento religioso.
Un Cristo de mano y la Virgen Dolorosa completan el circuito entre lecturas, rezos y oraciones. Entre medias, sólo los pájaros y el sonido de las pisadas de los participantes rompen el silencio profundo.
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