La Virgen de Guadalupe es una advocación mariana cuyo santuario está situado en villa de Guadalupe (provincia de Cáceres, Extremadura, España), es patrona de la dicha villa y de Extremadura desde 1907, siendo así una de las ocho patronas de las comunidades autónomas de España. Su fiesta se celebra el 6 de septiembre, aunque tradicionalmente se ha confundido esta fecha con el 8 de septiembre por ser este último la festividad del día de Extremadura y conmemorarse, además, la natividad de la virgen.
Además, el 12 de octubre de 1928 fue coronada canónicamente como «Reina de la Hispanidad» (Hispaniarum Regina) o «de las Españas» por el Cardenal Primado de España (legado especial de Pío XI) en presencia del rey Alfonso XIII, cuya inscripción latina con el título está grabada en la lustrina de la imperial Corona, siendo la única portadora con dicha distinción oficial (además, en España es la única Virgen con Corona imperial). Esto es debido a que Colón bautizó una isla con este nombre en 1493 y a que, desde el siglo XVI, se extendió por Hispanoamérica la devoción a la Virgen de Guadalupe aparecida en México, siendo Patrona de las Américas, así como de México y Filipinas por extensión devocional del término .
La primera de ellas, cronológicamente, es la Guadalupe extremeña (1326), provincia de Cáceres (España),
Está fechada como de finales del siglo XII. Se trata de una virgen sedente, realizada en madera de cedro.[9] Es de estilo románico o protogótico. La talla mide 59 centímetros y pesa 3.975 gramos. Para vestirla como una del siglo XIV se reformaron varias partes, destacando su cabeza y su mano derecha. Originalmente tenía incorporada una corona almenada realizada con trozos de madera y un relleno de yeso, aunque le fue retirada y se le colocó una sobrepuesta. También se cambió el brazo derecho del Niño Jesús por uno de plata.
En el siglo XIII, se le apareció la Virgen a un vaquero de la provincia de Cáceres llamado Gil Cordero junto al castillo de Alía y le dijo que existía una escultura de ella junto al río Guadalupe. Cuando Gil Cordero se encontraba cerca de ese río se le perdió una vaca. Posteriormente, la encontró muerta. Fue a desollarla para aprovechar su piel y antes, como era costumbre, le hizo una señal en forma de cruz en el vientre. Entonces, la vaca resucitó y se levantó. Entonces Cordero se preguntó si ese sería el lugar indicado por la Virgen que se le apareció junto al castillo de Alía. Excavó y, a un metro de profundidad, encontró la caja con la Virgen en su interior. Agolpó piedras e hizo una cabaña, donde depositó a la Virgen. Posteriormente, fue a la iglesia de Cáceres, donde informó al clérigo de mayor responsabilidad de su hallazgo y del deseo de la Virgen de recibir culto en ese lugar. No obstante, el clérigo no le creyó. Posteriormente, llegó a su casa y encontró a su hijo muerto y rezó para que la Virgen lo devolviese a la vida y, de esta forma, todos creyeran en su historia milagrosa. Cuando los clérigos se dispusieron a oficiar el entierro el hijo volvió a la vida, se levantó y dijo que una mujer le había ayudado a levantarse. Entonces los clérigos creyeron y fueron juntos, con gente de la ciudad, en peregrinación a aquel sitio. Cuando descubrieron la cabaña, acordaron construir una ermita.
Según la leyenda, Alfonso XI se encontró por primera vez con esta ermita en 1330, cuando se encontraba de cacería. Alfonso XI se encomendó a la Virgen de la Guadalupe en la batalla del Salado de 1340, resultando victorioso. Por este hecho, decidió reformar la iglesia, añadirle edificios adyacentes y hacer un albergue para los peregrinos.
Wikipedia
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